Reginald Marsh (París 1898 - Dorset, Vermont 1954) nace en la capital francesa de un matrimonio de artistas, familia de medios desahogados gracias a la fortuna familiar que el abuelo había hecho en Chicago con la industria cárnica. El joven Reginald estudiará en Yale donde entabló algunas amistades sumamente útiles para su futura carrera, como William Benton, senador por Connecticut y fundador de la agencia de publicidad Benton & Bowles, o Henry Luce, fundador de la revista Life Magazine.
Tras graduarse en Yale se instala en Nueva York donde pronto se convierte en un exitoso ilustrador. En 1925 viaja a París y a raíz de esta visita se interesa más por la pintura, estudiando en la Art Students League con Kenneth Hayes Miller. Desde 1929 alquila un estudio en la calle 14 donde coincide con otros pintores con intereses similares en lo que se ha llamado la "Escuela de la calle 14".
Reginald Marsh es un explorador, un cronista de Nueva york, su mirada nos conduce a través de los garitos de Burlesque, las playas abarrotadas de Coney Island y sus parques de atracciones, el Metro, los baretos de borrachos, los bailes de negros de Harlem o los de a diez céntimos el baile, las esquinas de los mendigos, las aglomeraciones urbanas. Allí donde se junta la plebe va este caballero de Yale a buscar su inspiración, le gustan la gente, la masa, su colorido, su ruido, su vulgaridad.
Si uno contempla esas composiciones formadas por multitud de cuerpos humanos le vienen a la mente las complejas escenas de los frescos renacentistas y su preocupación por hallar un equilibrio entre la armonía de la composición y el dinamismo y la expresividad de la escena. En estas aparentemente espontáneas escenas de Marsh vemos esa misma preocupación resuelta con mucha soltura, le ayuda a ello un colorido vivo y potente, un dibujo eficaz y un toque de ironía, pero no la ironía reticente del señorito que mira las diversiones de la plebe con remilgos, sino la del artista que simpatiza con sus modelos, la del urbanita que se siente a gusto entre la muchedumbre.
Con todo la mirada de Reginald Marsh no carece de un toque crítico, vivió al fin y al cabo en los durísimos años de la Gran Depresión, su retrato de Nueva York como la ciudad que nunca duerme, la de la diversión y el bullicio no oculta la otra realidad de los hambrientos en la cola del paro, la de los sin techo o la de las chicas arrojadas a la vida alegre por nada alegres motivos, todo eso lo registra esa mirada que parece neutra, como el objetivo de una cámara, porque no juzga, pero que da testimonio de lo que pasa, un arte-testimonio de unos tiempos difíciles en que América se estaba reinventando a sí misma y de los que emergería la gran potencia que hoy contemplamos.
Reginald Marsh. Smoko The Human Volcano, 1933.
Reginald Marsh. Wonderland Circus Sideshow Coney Island, 1930.
Reginald Marsh. Pip and Flip, 1932.
Reginald Marsh. George C. Tilyou's Steeplechase Park, 1932.
Reginald Marsh. Merry-go-round, 1930.
Reginald Marsh. Twenty Cent Movie, 1936.
Reginald Marsh. Savoy Ballroom, 1931.
Reginald Marsh. Ten Cents a Dance, 1933.
Reginald Marsh. Minsky's Chorus, 1935.
Reginald Marsh. The immortal Burlek Queen, 1933.
Reginald Marsh. Coney Island Beach, 1935.
Reginald Marsh. Wiew from My Window, 1938.
Reginald Marsh. Locomotives Jersey City, 1934.
Reginald Marsh. Mr. Broe on the Manhattan Bridge, 1936.
Reginald Marsh. On the Hudson.
Reginald Marsh. Tattoo and Haircut, 1932.
Reginald Marsh. Chatham Square, 1931.
Reginald Marsh. The Bowery, 1930.
Reginald Marsh. Why Not Use the L.
Reginald Marsh. Hudson Bay Fir Company, 1932.
Reginald Marsh. No One Has Starved, 1932.
Reginald Marsh. Tenth Avenue at 27th Street, 1931.
Reginald Marsh. Skyscrapers.