El manierismo apenas si ocupa un espacio marginal en las historias del arte. Deslumbrados por las magníficas realizaciones de los grandes genios del Renacimiento como Rafael, Leonardo o Miguel Ángel, los historiadores del arte suelen despachar a los manieristas con un mal disimulado desdén. Artificiosidad, intelectualismo, elitismo, deformación, son algunos de los términos que la crítica dedica a este movimiento mal comprendido, que sin embargo se difundió por toda Europa, especialmente a partir del famoso "sacco di Roma" (1527), constituyendo el primer estilo internacional desde la extinción del gótico y antes de la llegada del barroco, más rotundo y popular, y que acabará por enterrar en el olvido este estilo de transición.
¿Qué características distinguen al estilo manierista? Frente al naturalismo que había preconizado el Renacimiento como ideal de belleza, el manierismo estiliza los cuerpos, los deforma, los hace más delgados, las cabezas más pequeñas (piénsese en El Greco, nuestro manierista local, por ejemplo) las poses tienden a ser más dinámicas y expresivas, predomina la figura serpentinata (en forma de ese). La iluminación de los cuadros, como su colorido, busca más la intensidad expresiva que la naturalidad, en esa búsqueda de intensidad se acentúa el erotismo. Al mismo tiempo, y éste es un valor compartido con el arte renacentista, el manierista suele ser un arte cultista, lleno de alusiones que sólo el entendido puede descifrar, gusta de la alegoría y rechaza al vulgo por principio.
Tal arte sedujo a los artistas de la segunda mitad del siglo XVI en Italia, donde pronto cedió la moda, alargándose más su influencia en los países del Norte de Europa como Francia, Holanda, Flandes, Alemania e incluso España, donde el manierismo se fundirá e integrará con naturalidad con el barroco tras la Contrarreforma. Uno de estos artistas norteños es del que vamos a hablar en esta ocasión: Joachim Antoniszoon Wtewael (Utrech 1566- íbid. 1638).
Nuestro artista nace en el seno de una acomodada familia de vidrieros que se había instalado en Utrech. Recibe su primera formación en la profesión de su padre, pero viaja a continuación por Italia y Francia y allí conoce a su primer Mecenas, el obispo de Saint Maló. En Italia estuvo en Padua donde pudo estudiar la escuela veneciana y son patentes sus homenajes a Tintoretto, Veronese o los Bassanno, luego en Francia completará estas influencias con la erótica y cortesana escuela de Fontainebleau. Hacia 1590 vuelve a Utrech donde se instala definitivamente. Allí contrae matrimonio y nacen sus hijos, simultanea su profesión de pintor con el comercio del lino y con la participación como miembro en el consejo de la ciudad, membresía que le fue confirmada de por vida como privilegio por el propio estatúder Mauricio de Orange. El pintor será así mismo el promotor del primer gremio de San Lucas de Utrech y su miembro fundador.
Se nos presenta pues un hombre con un desempeño comercial próspero y una vida pública muy activa, lo que seguramente le robó no poco tiempo para la pintura. Su estilo en este sentido es algo retardatario, es decir, se queda anclado en el manierismo, incluso en tiempos en que ya se estaba difundiendo el barroco, si acaso al final de su vida incorpora algunas características del caravaggismo imperante y se ven fuertes contrastes lumínicos en sus escenas. Con todo es un pintor muy fiel a un cierto modo de hacer que le ha proporcionado el éxito entre una selecta clientela para la que pinta unas obritas de pequeño formato, muchas veces al óleo sobre cobre, de asuntos mitológicos a los que imprime un estilo muy personal y a los que transmite un acabado preciosista y una intensa vibración erótica que son su marca de la casa.
La presión de la clientela explica la repetición de ciertos temas, así pinta varios juicios de Paris, así como varias bodas de Tetis y Peleo o varios Venus y Marte descubiertos por Vulcano, pero sin duda debió haber también algo de preferencia personal, ya que, en un medio intensamente cristiano, es uno de los pintores con más obra de asunto mitológico de su época, temática que le dejaba más margen para la exploración formal y para la sensualidad erótica, trata sin embargo también con alguna frecuencia las típicas escenas de género de la tradición holandesa y la pintura religiosa, que en su mano adquiere una maniera diferente, quizás no del gusto de los piadosos de turno.
Me gusta el manierismo porque nos dice que hay otros ideales de belleza posibles, y me gusta Joachim Wtewael porque hizo de ese ideal de belleza alternativo una versión especialmente luminosa, sensual y vitalista, que aún conserva todo su atractivo en nuestros días.
Joachim Wtewael. Pastor, 1623. Harvard Art Museums, Fogg Museum
Joachim Wtewael. Pastora, 1623. Harvard Art Museums, Fogg Museum
Joachim Wtewael. El Diluvio Universal, 1595. Germanisches Nationalmuseum, Nüremberg.
Joachim Wtewael. La Edad de Oro, 1605. Metropolitan Museum of Art, New York.
Joachim Wtewael. Las bodas de Tetis y Peleo, 1612. Sterling and Francine Clark Art Institute, Williamstown, Massachusetts
Joachim Wtewael. Las bodas de Tetis y Peleo, 1602. Herzog Anton Ulrich Museum, Braunshweig.
Joachim Wtewael. El juicio de Paris, 1615. National Gallery, London.
Joachim Wtewael. Juicio de Paris, 1605. Museo de Bellas Artes, Budapest.
Joachim Wtewael. Venus y Marte sorprendidos por los dioses, 1606-10. Getty Center, L. A. California
Joachim Wtewael. Venus y Marte sorprendidos por Vulcano, 1601. Mauritshuis Museum, La Haya.
Joachim Wtewael. Baco, ca.1628. Colección privada.
Joachim Wtewael. Perseo socorriendo a Andrómeda, 1611. Musée du Louvre, Paris.
Joachim Wtewael. Venus y Adonis, 1607-10. Museo de Liechtenstein
Joachim Wtewael. Adán y Eva. Colección privada.
Joachim Wtewael. Anunciación de los pastores, 1606. Museum of Fine Arts, Houston, Texas
Joachim Wtewael. La huida a Egipto, 1601. Colección privada.
Joachim Wtewael. Esaú vende su progenitura, ca. 1627-38. Colección privada.
Joachim Wtewael. Caridad, 1627. Colección privada.
Joachim Wtewael. La resurrección de Lázaro, 1605-10. National Gallery, London.
Joachim Wtewael. La adoración de los pastores, 1625. Museo Nacional del Prado, Madrid.
Joachim Wtewael. Martirio de San Sebastián, 1600. Nelson Atkins Museum, Kansas City.
Joachim Wtewael. Una criada en la cocina, con la escena de Jesús en casa de Marta y María, 1620-25. Centraal Museum, Utrecht.
Joachim Wtewael. La negación de Pedro. ca. 1627-38. Colección privada.
Joachim Wtewael. La última cena, ca. 1627-38.
Para saber algo más sobre la vida y obra de Joachim Wtewael:
https://en.wikipedia.org/wiki/Joachim_Wtewael (en inglés)
https://www.museodelprado.es/aprende/enciclopedia/voz/wtewael-joachim/336b249a-9f4d-4514-8190-16bddeb46033